
DÍA 30: OJOS DE NIÑO
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CITA BÍBLICA
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”-Les aseguro que si no cambian y se hacen como los niños no entrarán en el reino de los cielos”.
Mt 18, 2
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REFLEXIÓN
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Existe ese libro de texto que se puede tener sin acudir a las librerías, el mejor tratado de esperanzas que existe en este mundo: los ojos de los niños.
Seguro que todos, en casa o con sus vecinos, tenemos estos textos que no cuestan un solo centavo.
Leámoslos, por favor!
Observémoslos cuando juegan, cuando se cruzan en la calle, cuando se quedan profundamente dormidos.
Persigamos las miradas de nuestros hijos, nietos, sobrinos.
Nadie, nada, nunca les contará tanto como esos ojos, como ese tesoro que todos tenemos al alcance de la mano.
¿Y saben por qué? Porque las miradas de los pequeños son esperanzas ciertas.
Ellos no dudan si vendrá la alegría o la tristeza, solo desconocen qué tipo de alegría les van a dar.
Saben que son amados, que serán amados y su esperanza consiste en tratar de adivinar de qué manera les van a amar y cuán hermoso será el fruto de ese amor.
¡Esa es la verdadera esperanza!
Esa es la esperanza que los adultos debemos recuperar. Levantemos los ojos!
Desviemos por un rato la atención del dinero y las preocupaciones, y gocemos estar vivos y poder reír, poder maravillarnos y brincar de alegría ante las sorpresas más sencillas que tenemos alrededor, mirándolas como niños.
Alegrémonos, lo tenemos todo en la creación y en nuestra alma.
Vivamos con alegría, pues Dios nos ama a cada instante.
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ORACIÓN
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Padre bueno, en Ti reposa la esperanza y la certeza del amor, ayuda a este corazón en ocasiones perturbado y disperso en lo complejo, a disfrutar de la sencillez de la vida.
Quiero gozarme en Ti y aprender a vivir, a soñar despierta y a dormir tranquila; a sentir Tu abrazo y que Tú me cuidas.
Amén.
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RETO AGOV
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Hoy imita el gozo de un niño, haciendo algo a su manera: haciendo un cariño, disfrutando un paseo, comer un postre, abrazar a tus hijos…
Vive con alegría!

✴ ORACIÓN DIARIA ✴
Dame, Señor, el don de la alegría,
que canta sin reservas,
la belleza del mundo,
la grandeza del hombre,
la bondad de su Dios.
Dame, Señor, el don de la alegría,
que me haga siempre joven,
aunque los años pasen;
la alegría que llena de luz el corazón.
Dame, Señor, el don de la alegría,
que colma de sonrisas,
de abrazos y de besos,
el encuentro de amigos, la vida y el amor.
Dame, Señor, el don de la alegría,
que me una contigo,
el Dios siempre presente,
en quien todo converge y en quien todo se inspira.
Dame, Señor, el don de la alegría,
que alienta el corazón
y nos muestra un futuro
lleno de bendiciones, a pesar del dolor.
Amén.
FIN DEL RETO
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