DÍA 29: A DÓNDE VAMOS A PARAR?
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CITA BÍBLICA
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”Así pues, cada uno de nosotros dará cuentas a Dios de sí mismo”.
Rom 14, 12
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REFLEXIÓN
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A donde tú y yo queramos ir!
Vivimos en el mundo, es cierto, con ambientes peligrosos, pérdida de valores, amenazas del clima, los medios y los gobiernos. Pero cada uno es dueño de sus propias obras y por fortuna, de su alma y de su voluntad.
La historia está llena de genios surgidos en ambientes adversos: Beethoven fue lo que fue a pesar de tener un padre borracho y quedarse sordo; San Francisco de Asís descubrió la pobreza en un ambiente donde se daba culto al dinero; todos los intransigentes no arrancaron un átomo de alegría a Teresa de Jesús.
A pesar del mundo, cada hombre puede tomar su propio destino en sus manos y navegar, si es preciso, contra corriente.
No hay excusas para dejar de intentarlo y con alegría, pues el camino y el destino serán mucho más gozosos y llenos de frutos para los demás.
A dónde va a parar el mundo? Más bien, pregúntate: a dónde estás yendo tú?
Entre más personas nos hagamos responsables de hacia dónde vamos, el mundo “irá” diferente.
El mundo no estaba mejor cuando Cristo vino a redimirlo y no se desanimó por ello. A la hora de la Cruz le habían seguido tres o cuatro personas y no por ello renunció a subir a ella.
Y ese esfuerzo suyo es la sal que sigue haciendo habitable este planeta.
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ORACIÓN
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Señor te pido seas Tú el cristal a través del cual mire al mundo, para ver amor en donde hay amor y sembrarlo donde no lo hay.
Para compartir paz en donde hay paz y tener la valentía de sembrarla en donde hay guerra, y así al final de mi vida pueda entregarte buenas cuentas.
Amén.
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RETO AGOV
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Hoy haz algo concreto, aunque te parezca pequeño, para que el mundo "vaya" mejor.
✴ ORACIÓN DIARIA ✴
Dame, Señor, el don de la alegría,
que canta sin reservas,
la belleza del mundo,
la grandeza del hombre,
la bondad de su Dios.
Dame, Señor, el don de la alegría,
que me haga siempre joven,
aunque los años pasen;
la alegría que llena de luz el corazón.
Dame, Señor, el don de la alegría,
que colma de sonrisas,
de abrazos y de besos,
el encuentro de amigos, la vida y el amor.
Dame, Señor, el don de la alegría,
que me una contigo,
el Dios siempre presente,
en quien todo converge y en quien todo se inspira.
Dame, Señor, el don de la alegría,
que alienta el corazón
y nos muestra un futuro
lleno de bendiciones, a pesar del dolor.
Amén.
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