DÍA 27: EL CAMINO DE TU FE
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CITA BÍBLICA
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”Pasados los días, Jesús partió de Samaria y continuó su viaje hacia Galilea. El mismo Jesús había declarado que un profeta no es bien considerado en su propia patria.
Cuando llegó a Galilea, los galileos le dieron la bienvenida, pues también ellos habían estado en Jerusalén por la fiesta de la pascua y habían visto todo lo que Jesús hizo en aquella ocasión.
Jesús visitó de nuevo Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había allí un funcionario del rey, que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Cuando se enteró de que Jesús venía de Judea a Galilea, salió a su encuentro para suplicarle que fuera a su casa y sanara a su hijo, que estaba apunto de morir.
_ Jesús le contestó:_
Si no ven signos y prodigios son incapaces de creer.
Pero el funcionario insistía:
-Señor, ven pronto, antes de que muera mi hijo.
Jesús le dijo:
Regresa a tu casa tu hijo ya está bien.
El hombre creyó en lo que Jesús le había dicho, y se fue. Cuando regresaba a su casa, le salieron al encuentro sus criados para darle la noticia de que su hijo estaba bien.
Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado la mejoría. Los criados le dijeron:
Ayer, a la una de la tarde, se le quitó la fiebre.
El padre comprobó que la mejoría de su hijo había comenzado en el mismo momento en que Jesús le había dicho: <Tu hijo ya está bien>; Y creyeron en Jesús él y todos los suyos.
Este segundo signo lo hizo Jesús al regresar de Judea a Galilea.”
Jn 4, 43-54
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REFLEXIÓN
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El funcionario que busca a Jesús para pedirle un gran favor, era un hombre bien posicionado en la vida, tal vez rico.
Sin embargo, había una situación en su vida que no se podía resolver ni con influencias, ni con dinero: la enfermedad aparentemente mortal de su hijo.
Ante el drama del dolor, la humanidad se empareja; da igual la riqueza, la vivienda y las posesiones.
La costumbre en esos tiempos era creer a través de señales, pero lo primero que hace Jesús es aclararle dónde NO debía apoyar su fe: “si no ven ustedes señales y prodigios, no creen”.
Y después Jesús le invita a creer en Su Palabra que es la única y verdadera señal, donde debía apoyar su fe: “vete, tu hijo ya está sano”.
“Aquel hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino”. La fe se puso “en camino”, sin más certeza que las palabras de Jesús.
“Cuando iba llegando, sus criados le salieron al encuentro para decirle que su hijo ya estaba sano”. Y la fe del funcionario pasó a ser confiada y gozosa.
Finalmente, al darse cuenta de todo lo que le había sucedido y de cómo había actuado Jesús, su fe se volvió contagiosa, “y creyó él con todos los de su casa”.
No solo creyó en las palabras de Jesús sino que creyó en Jesús y contagió a los suyos con su fe.
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ORACIÓN
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Señor Jesús, dame la gracia de aumentar mi fe, pues me da la certeza y confianza de que al seguirte y caminar a Tu lado trabajando en mi propia persona, llegaré a alcanzar la gloria que deseas para mí.
Quiero llegar a pulir mi fe y contagiar a mi familia y a mis seres queridos y a todos a mi alrededor.
Amén.
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RETO AGOV
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* Con Dios:
Ora con gran devoción, ofreciendo a Dios el trabajo que realizarás internamente para pulir y transformar tu fe.
* Con mi prójimo:
Invita a un ser querido a realizar el mismo ayuno que tú el día de hoy. Contágialo de tu fe.
* Conmigo mismo:
Ayuna de condimentos picantes.
Cuando sientas necesitarlos ofrece ese sacrificio en reparación y fortaleza de tu Fe.
ORACIÓN DIARIA
JESUCRISTO,
TÚ que fuiste tentado en el desierto, sostenme cuando sienta la tentación de no confiar en Ti.
Tú que quisiste fortalecer Tu espíritu durante cuarenta días para prepararte para cumplir Tu misión; concédeme disponer mi corazón para acompañarte dignamente.
Tú, que te despojaste de todo por amor a mí; hazme amar la humildad. Que comprenda Señor que mi valor reside en la dignidad de ser Tu hijo; y en el infinito valor de la sangre que derramaste por mí.
Tú, que te sentiste solo y tuviste miedo; revísteme con Tu fortaleza y concédeme acompañarte y consolarte.
Tú, que me amaste hasta el extremo, no permitas que voltee la mirada ante Tu sufrimiento ni el de mis hermanos. Dame Tu corazón para amarte como mereces y amar con él a todas las personas.
AMÉN
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