DÍA 16: CEGUERA DEL CORAZÓN
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CITA BÍBLICA
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"Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino, y todos los días celebraba espléndidos banquetes. Y había también un pobre, llamado Lázaro, tendido junto a la puerta y cubierto de llagas, que deseaba saciar su hambre con lo que tiraban de la mesa del rico. Hasta los perros venían a lamer sus llagas.”
Lc 16, 19-31
(Les sugerimos leer el pasaje evangélico completo)
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REFLEXIÓN
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El gran problema del hombre rico no era su riqueza ni sus fiestas, sino su ceguera de corazón; estaba incapacitado para ver las necesidades del que “yacía a la entrada de su casa”, y que necesitaba su ayuda.
Ayudar en lo material puede resultar relativamente fácil cuando es una compasión momentánea. Pero si esa compasión no nos lleva a ser sensibles, a abrir más nuestro corazón, a nada más profundo, es una compasión vana.
A veces nos conmueven causas lejanas e ignoramos los casos cercanos.
Nos acostumbramos a tener “gente” a la puerta de nuestras vidas que necesitan algo de nosotros y nos hacemos inmunes a su presencia.
Lo que necesitan de nosotros puede ser simplemente que las escuchemos, las atendamos, las valoremos, les sonríamos, les hagamos caso, les aconsejemos…
El final de esta parábola presenta al hombre rico ya fallecido, pidiendo a Abraham que mande advertir a sus hermanos vivos para que no cometan su mismo error: la ceguera de corazón.
Pero Abraham le advierte que ya está puesto el camino para abrir el corazón: escuchar cómo la palabra de Dios va modelando el corazón y nos va haciendo más sensibles a las necesidades de los demás.
El nulo o escaso contacto con la Escritura, nos convierte en seres despistados, en personas que no se enteran de lo que están generando con sus comportamientos y actitudes.
En nuestro mundo sobreabundan los Lázaros materiales y espirituales, y en nosotros siempre está el hacer o dejar de hacer algo por ellos.
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ORACIÓN
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Señor, sé que mis hermanos me necesitan y me falta sensibilidad y compasión.
Dame la gracia para ver sus necesidades y ayudarlos, así como Tú viste mi necesidad de salvación.
No quiero acostumbrarme al sufrimiento de otros.
Convierte mi mirada del corazón, Señor, para estar siempre dispuesta a ayudar.
Amén.
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RETO AGOV
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* Con Dios:
Pide a Dios que descubra tu sensibilidad para ver las necesidades de las personas que se cruzan en tu camino.
* Con tu prójimo:
Busca a alguien a quien puedas dar ayuda, ya sea material o espiritual.
* Contigo mismo:
Prepara un lunch y/o elige algo de tu guardaropa en buen estado, y sal a buscar a algún necesitado para regalárselo.
ORACIÓN DIARIA
JESUCRISTO,
TÚ que fuiste tentado en el desierto, sostenme cuando sienta la tentación de no confiar en Ti.
Tú que quisiste fortalecer Tu espíritu durante cuarenta días para prepararte para cumplir Tu misión; concédeme disponer mi corazón para acompañarte dignamente.
Tú, que te despojaste de todo por amor a mí; hazme amar la humildad. Que comprenda Señor que mi valor reside en la dignidad de ser Tu hijo; y en el infinito valor de la sangre que derramaste por mí.
Tú, que te sentiste solo y tuviste miedo; revísteme con Tu fortaleza y concédeme acompañarte y consolarte.
Tú, que me amaste hasta el extremo, no permitas que voltee la mirada ante Tu sufrimiento ni el de mis hermanos. Dame Tu corazón para amarte como mereces y amar con él a todas las personas.
AMÉN
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