
Día 7:
La Resurrección y los Sacramentos De la Iglesia
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CITA BÍBLICA
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Jesús respondió (a Nicodemo): En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios.
Jn. 3, 5
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REFLEXIÓN
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¿Tienen algo que ver la Resurrección del Señor Jesús y los Sacramentos de la Iglesia Católica? El triunfo de Jesús sobre el pecado y la muerte NO FUERON SÓLO PARA ÉL. De hecho, todo lo que hizo el Hijo de Dios, desde su Encarnación hasta su Ascensión a los cielos, ¡fue para nuestro beneficio!
¿Y cómo sucede esto? ¿Cómo recibimos nosotros los beneficios de la Pasión, muerte y Resurrección de Jesús? Esto lo hace Dios a través de los 7 Sacramentos que Cristo instituyó. Empezando por el Bautismo, requisito para poder recibir los demás, por medio del cual Dios nos ha regalado, entre otros dones:
- La participación de la mismísima vida sobrenatural de Dios, Quien nos la comparte por medio de lo que llamamos "la gracia", sin la cual nuestra alma está muerta.
- La filiación adoptiva de Dios. Es decir, entramos en la familia de Dios como hijos adoptivos, hermanos de Jesús e hijos de la Sma. Virgen María.
- La "ciudadanía celestial", nuestra verdadera patria es el cielo que algún día esperamos alcanzar por la misericordia de Dios.
- Las virtudes teologales (fe, esperanza, y caridad) que nos permiten desarrollar una relación de amor y amistad con Dios y con los demás.
- Una vida nueva en nuestra alma, como la de Cristo resucitado, que supera las ataduras de la muerte natural; que aunque aún no se manifieste físicamente, ya está presente en nosotros por la gracia.
Por este motivo, Jesús antes de subir al cielo, encargó a sus apóstoles la tarea de ir por todo el mundo, enseñando todo lo que de Él habían aprendido y, sobre todo, bautizando en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Y por eso también, en su primera aparición después de resucitar, Jesús les dio a sus apóstoles al Espíritu Santo junto con el poder de perdonar los pecados.
Podríamos decir que Jesús estaba impaciente por inaugurar esta forma de relación con los seres humanos, que se realiza únicamente por medio de los Sacramentos, culminando así el "sueño" que Dios tenía para nosotros desde antes de la creación del mundo. Y esto no fue posible sino hasta después de que Él resucitó de entre los muertos.
¿Te das cuenta ahora del inmenso e inmerecido regalo que recibiste el día de tu bautismo y en cada sacramento que recibes desde entonces?
¿Cómo no vivir en una eterna actitud de acción de gracias a Dios por tantos dones que has recibido? ¿Y de manera especial hacia Jesucristo, que los obtuvo para nosotros al precio de su sufrimiento y muerte en la cruz?
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ORACIÓN
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Dios mío, concédeme vivir siempre en acción de gracias a Ti y a mis padres por los innumerables dones que me regalaste el día de mi Bautismo, de mi Confirmación y Primera Comunión; y te pido también la gracia de permanecer siempre fiel a la fe que en ellos recibí.
AMÉN
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RETO AGOV
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Buscaré las fechas de mi Bautismo y el de mis seres queridos, y procuraré recordarla cada año, para agradecer a Dios y celebrar de modo especial ese día en que Jesús compartió conmigo los frutos de su Resurrección.

ORACIÓN DIARIA
Jesús Resucitado, qué bueno es sentir Tu presencia poderosa y acogedora que despierta y llena de vida todos los ambientes que me rodean, alejando todo sentimiento de angustia y abandono.
Ayúdame a permanecer siempre cerca de Ti, porque solo de Ti me viene ese amor que me sostiene, esa fuerza que me restaura y todo ese tesón para seguir luchando con valentía.
Gracias por Tu eterno sacrificio de amor en la Cruz, por Tu gloriosa resurrección que me invita a renovar mi corazón en Tus promesas, y gracias por todos los momentos de oración que hemos disfrutado juntos.
Ayúdame a reconocerte en todo momento, sentir que estás vivo y presente, sentir Tu cercanía y la calidez de Tu voz que consuela y trae la paz al alma. Solo Tu voz quiero seguir, solo Tu voz quiero sentir.
Ayúdame a reconocer Tu voz en las tristezas y alegrías, en los momentos de aflicción. Quiero recurrir a ella y rendirme a Tu voluntad porque Tú has derrotado la muerte y me has dado el regalo de la salvación.
Te pido que sigas obrando en mí, sigue bendiciéndome y abriendo caminos de sanación, de salud, de fortaleza, de esperanzas. Capacítame con Tu sabiduría para saber romper todo muro de dolor que no me deja avanzar.
Concédeme la gracia de poder liberarme de miedos y opresiones, de sentirme capacitado y valiente para salir y anunciar todo lo bueno de Tus promesas.
Quiero nacer de nuevo en el Espíritu, rehacer mi vida para alabarte y adorarte, porque solo en Tus manos estoy segura.
AMÉN
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