
LUNES 23 DE SEPTIEMBRE
SEMANA VEINTISIETE
<< No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. >> Lc 8, 16-18
Transforma mi corazón Señor, dale la transparencia de la humildad y de la pureza, y dale la llama viva de la valentía y de la fraternidad. Dispuesto, como una lámpara en tu mano, que irradie tu luz, para que la Palabra haga relucir las virtudes y excelencias que el Padre nos ha confiado, y encienda el deseo de resplandecer en la Verdad y el Amor Supremo.
En la semana veintisiete, mi niño adoptado espiritualmente ya pesa 1000 gramos y mide 34 centímetros. Te pido Señor por las mujeres que atraviesan la noche de un embarazo no deseado, especialmente por la mamá de mi niño adoptado espiritualmente. Que la luz de tu amor sea en ella el comienzo del día, trayéndole la tranquilidad y la paz. Has que con el bebé se encienda tu luz en su corazón, para que ella ilumine algún día también el mío.
Amén.
Jesús, María y José, les pido por la vida del niño que he adoptado espiritualmente y que está en peligro de ser abortado (nombre espiritual del bebe).
Que pueda nacer tal y como yo he nacido, para vivir una vida como hijo de Dios, para amarle y servirle.
También les pido por su mamá y su papá. Intercedan ante Dios, para que les dé la fuerza que viene de Su gracia, y así transitar estos nueve meses, sintiendo Su presencia y amor.
Amén.
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