
DOMINGO 30 DE JUNIO
SEMANA CATORCE
《... pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar su cabeza.》Lc 9, 51-62
Jesucristo, Señor del Cielo y de la Tierra, ante tu infinita humildad, que aprenda yo a humillarme, y ante tu amor a la pobreza, que aprenda a amar la pequeñez y el desapego. Señor, que la confianza que deviene de la fe, libere mi corazón de las ataduras de este mundo y lo reserve sólo para ti.
Señor, mi niño adoptado espiritualmente es el más pequeño y humilde de todos los seres humanos. Él, inocente, sólo se aferra a la vida en el seno de su mamá. Te pido que lo protejas para que nazca y luego él pueda seguirte, anunciando el Evangelio por el mundo.
Amén
Jesús, María y José, les pido por la vida del niño que he adoptado espiritualmente y que está en peligro de ser abortado (nombre espiritual del bebe).
Que pueda nacer tal y como yo he nacido, para vivir una vida como hijo de Dios, para amarle y servirle.
También les pido por su mamá y su papá. Intercedan ante Dios, para que les dé la fuerza que viene de Su gracia, y así transitar estos nueve meses, sintiendo Su presencia y amor.
Amén.
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