
DÍA 24: EL ESPÍRITU SANTO Y MARÍA
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CITA BÍBLICA
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”Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios”.
Rom 8, 14
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REFLEXIÓN
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No debemos pensar que María haya entendido “todo” desde el primer momento de la Anunciación. No!
Evidentemente comprendería mucho más que nosotros, pero como ser humano, ella crecía en sabiduría y desarrollaba su entendimiento a lo largo de la vida.
María tenía que ir comprendiendo, paso a paso, lo que quería Jesús y lo que debía hacer ella a Su lado, y solo el Espíritu Santo podía introducirla.
Su diálogo con el Espíritu de Dios tenía que recorrer su propio camino de fe.
Pensemos en la pérdida de Jesús, al cumplir los doce años. “¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?”
(Lc 2, 49).
Como agrega el texto, María no entendió lo que Jesús acababa de decirles. Pero seguramente se dio cuenta de que su hijo llevaba en su interior el mundo del Padre, en el cual también ella querría adentrarse de un modo más perfecto para seguir acompañándolo.
Otro momento difícil surgió en las bodas de Caná; otro cuando llegó la hora sobre el monte Calvario; y en Pentecostés se colmó su ansia por el Espíritu de Dios.
El Espíritu Santo es quien nos guía, fortalece y da sabiduría. Es quien, como a María, nos va haciendo entender el mensaje de Jesucristo y entender el Amor del Padre.
A ejemplo de María, hagamos siempre el intento incansable de invocar y dejar pasar al Espíritu Santo libremente a nuestras vidas.
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ORACIÓN
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Padre del cielo, a ejemplo de María quiero caminar al lado del Espíritu Santo y por su intercesión y cercanía, conocerte y amarte más.
Concédeme la gracia de tenerlo como timón y consejero toda mi vida.
Amén.
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RETO AGOV
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En tu oración de hoy invoca al Espíritu Santo y pídele recordarlo diariamente en tu oración. Pídele sus dones sin cansancio. Serás escuchado.

🌹 *ORACION DIARIA * 🌹
María, mujer pobre y sencilla.
Llena de escucha y de acogida del don de Dios.
Tu vida estuvo llena de asombro, de no comprender, de dejarse hacer, de admiración ante Dios.
Viviste guardando silenciosamente todo lo que acontecía, meditándolo y contemplándolo en tu corazón.
De tu interior fecundo brotaba la alabanza, la gratitud, la confianza, la disponibilidad y el abandono total a Dios.
Solidaria y silenciosa ante la cruz te comprometiste con la Nueva Humanidad hasta el final.
Ruega por nosotros, amorosa Madre, queremos crecer y seguir tu ejemplo para alcanzar la salvación del alma y llegar al hogar de la Trinidad.
Amén🌹🌹🌹
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