DÍA 34: Aquí, aquí, aquí, Jesús estás aquí por mí
25 diciembre
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Breve silencio para ponerse en presencia de Dios, rogando a María Santísima sea nuestra compañera y guía en este camino hacia el encuentro con su Hijo Jesucristo.
ORACIÓN DE SALIDA DE BELÉN
Querido Jesús: Quiero agradecerte profundamente por esta oportunidad que me has dado para acercarme más a ti.
Ahora vuelves a hacerme la pregunta con la que iniciamos este camino: ¿Dónde estás? Y yo quiero responderte no solo con mis palabras, sino con mi vida. Estoy aquí, contigo.
¡Aquí, aquí, aquí, Jesús estás aquí por mí!
Ya nada puede ser igual. Salí de mi tierra y tú has salido de tu Cielo y estamos los dos juntos en la cueva de Belén. A partir de hoy quiero que camines junto a mí. Quiero hacer de cada día una Navidad con la seguridad de que Tú sigues saliendo a mi encuentro y que las palabras: “Estás aquí, ahora” son una realidad para cada segundo de mi vida. Esa será mi alegría, la razón de mi esperanza y la certeza de mi fe.
REFLEXIÓN
Estos días han sido solo el inicio, el comienzo de un camino que debemos recorrer cada día hasta que Dios quiera llamarnos. Tendremos que salir de nuestra tierra cada día, cruzar desiertos y caminar en la oscuridad, pero con la seguridad de que nuestro Buen Pastor nos levantará llevándonos en sus hombros, nos conducirá hacia fuentes tranquilas y nos permitirá reposar en verdes praderas.
A través de las reflexiones y propósitos de estos 33 días, hemos podido adentrarnos en la realidad de nuestro corazón, no con el fin de desanimarnos sino todo lo contrario, para aprender a recibir con humildad la misericordia de Dios y para responder con amor a su Amor.
Ahora nos queda un mapa, unos propósitos que hemos escrito en la carta al niño Jesús. Esa carta se la entregamos ayer en la noche. Pero sabemos que es una carta que tendremos que hacer vida. No dejes que se llene de polvo o que quede en el olvido. Esa carta eres tú, es tu vida, tu misión. Tómala, ábrela, léela, corrígela y sobre todo vívela. Es tu mapa del tesoro, pues con ella podrás llegar al cielo.
ORACIÓN
Gracias te doy Jesús por haberme ayudado a crear este camino. Es fruto del Espíritu Santo y nos ha llevado a Belén a muchos hombres y mujeres de buena voluntad. Te pido por todos ellos, por sus familias, por sus propósitos.
Como sacerdote son mis almas y las llevaré al altar cada día para presentártelas. Conviértelas también en pan que se deja tomar, que se deja bendecir, que se deja partiry entregar.
Gracias María por tu silenciosa compañía. Te pido que lleves en tu corazón a nosotros peregrinos. Hemos llegado, estamos alegres, pero Belén es solo el inicio de una aventura.Queremos vivir cada etapa junto a ti, aprender de ti y cantar las grandes cosas que Dios hace en nuestras vidas.
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