CATEQUESIS DE ADVIENTO
DÍA 9 ✳Re-EVANGELIZAR DESDE NUESTRA REALIDAD
Como vemos, nuestra realidad, en la mayoría de los casos, dista mucho de ser lo que fue en un principio y lo que en realidad debe de ser. El Adviento se ha convertido en un agitado tiempo de hacer compras, con poco o ningún tiempo para la oración; la celebración ha dejado de estar centrada en la Encarnación de Cristo, para ser poco a poco substituida por la figura de Santa Claus; las posadas han dejado de ser un momento y una oportunidad para orar y para la catequesis (sobre todo de los niños), para convertirse en alegres fiestas que en el mejor de los casos, nada tienen que ver con Cristo y su misterio, por lo cual si lo vemos fríamente no tienen ningún sentido que no sea el social; el nacimiento, elemento de catequesis y motivo de contemplación de la humildad de nuestro Dios, poco a poco ha sido substituido por el Árbol de Navidad, que a pesar de los esfuerzos de la Iglesia por evangelizar este signo, permanece aun con un carácter de simple ornato para estas "fiestas". De esta manera, el 25 de diciembre, pasa a ser también solo una fiesta familiar, en la que muchas veces el único ausente es Jesús, pues todo se centra en el intercambio de regalos y la cena. Todos los esfuerzos de la Iglesia por convertir una fiesta pagana en una fiesta cristiana, no solo se han vista neutralizados, sino que la fuerza del neo-paganismo ha ido cambiando la fiesta cristiana, de nuevo en una fiesta pagana.
Es tiempo pues de levantar la cabeza y de regresarle su verdadero sentido tanto a la Navidad como a la preparación para ésta.
SUGERENCIAS PRACTICAS:
1⃣ DARLE SU LUGAR A SANTA CLAUS
Uno de los más grandes problemas con los que nos encontramos es la creciente fe de los niños en la "omnipresencia" de Santa Claus, quien ve todo y es quien juzga nuestras acciones para premiarnos o no. Con ello, poco a poco durante la época de Navidad, se ha ido vaciando en la conciencia de los niños la verdadera idea de Dios, al menos del Dios anunciado por Cristo. Para muchos de ellos, hoy por hoy, Navidad significa; Santa Claus.
¿Qué hacer? La respuesta no es sencilla pues involucra muchos elementos y aspectos de la vida del niño y de su relación con los demás niños con los cuales convine diariamente y cuyos padres pueden no estar de acuerdo con está realidad. Por ello, creemos que ante todo se debe tener prudencia, como en todos los temas delicados que pueden afectar el desarrollo de los niños y su comprensión del mundo y de la fe.
Consideramos que un buen inicio sería el tratar el tema y la figura actual de Santa Claus, como lo que es: UN CUENTO, como pude ser el de Pinocho o Blanca Nieves, y así colocarlo correctamente en la historia y en la perspectiva cristiana. Es necesario entonces instruir a los niños en la verdadera historia de Santa Claus.
Pero, y ¿quien es en realidad Santa Claus? Bueno, pues, su historia se remonta al siglo IV a un lugar en Turquía llamado Bary, en donde vivió un santo Obispo, llamado Nicolás, el cual se distinguió entre otras cosas por atender de manera especial a los niños pobres. Su historia nos relata que en una ocasión resucitó a tres niños, por lo que a la muerte del obispo (+342), se multiplicaron una serie de prodigios y milagros que hicieron que creciera rápidamente su devoción y su culto, principalmente en los pueblos del norte de Europa que celebraban su fiesta el 6 de Diciembre.
En la época de la Reforma, los holandeses que se separaron de la Iglesia Católica, cambiaron la fiesta religiosa de san Nicolás, es decir "Sint Klaes", por una fiesta secular en la cual se identificaba, al santo con un personaje del Polo Norte, rodeado de duendes y que se encargaba de llevar regalos a los niños en Navidad. Al rededor del año 1600 esta tradición nórdica relacionada con la Navidad fue traída a Nueva York por los primeros colonizadores de Holanda y Alemania quienes en su nombre regalaban dulces y regalos a los niños. Con su incorporación al Ingles su nombre pasó de "Sint Klaes" a "Santa Claus" que es como lo conocemos hoy. Este personaje fue adoptado así como el símbolo de la Navidad en los Estados Unidos.
Alguien dirá: El contarles esta historia sobre san Nicolás ¿no matará la inocencia del niño? O ¿Ahora cómo les diremos a nuestros niños que "Santa" no existe, que todo es un cuento? Bueno creo que parte de la respuesta la encontramos en el: cómo le decimos a los niños que no existe Blanca Nieves, o Pinocho, o cualquiera de los seres irreales que forman parte de la fantasía del niño, con la diferencia en que Santa Claus, si es un personaje real, es un santo, es decir es un amigo de Dios que ama mucho a los niños, por lo que LE AYUDA a Jesús a llevar los juguetes a los niños que se han portado bien. Esto hará que la atención se centré no en Santa Claus (que es solo un ayudante) sino en Jesús. Por ello es a Jesús a quien hay que pedirle los regalos, ya que es él quien, si nos hemos portado bien, nos enviara POR MEDIO DE SANTA CLAUS, que es como su mensajero, los regalos a nuestra casa. De manera que la cartita ES MEJOR enviársela directamente a Jesús (aunque no faltará algún niño abusado que le mande también una copia a Santa… solo por si acaso). De modo que el único que es omnipresente y dador de todos los dones es UNICAMENTE Jesús, pues él es Dios.
Cuando ellos mismos vayan descubriendo la realidad, como es el caso de Pinocho, el paso será mucho más sencillo, pues la realidad de san Nicolás, de su bondad, de su amor por los demás, permanecerá, restando en el niño su ejemplo.
Por otro lado, si reforzamos la idea de la Navidad, no como tiempo de Santa Claus, sino como la fiesta del Nacimiento de Jesús, poco a poco las cosas irán tomando su lugar. Recordemos que cuando se refuerza una idea, esta se afirma en el subconsciente y en la vida del hombre (razón por la cual la publicidad es efectiva); por el contrario cuando se desvalora o no se le da importancia, los contenidos, poco a poco, pasan a un segundo plano y finalmente se olvidan.
Hay que empezar con poco, es una tarea a largo plazo… no esperemos y mucho menos busquemos resultados inmediatos ya que esto pudiera tener muy malos efectos en el corto y mediano plazo. Introducir la figura de Santa Claus en la cultura y en la fantasía de los niños ha llevado muchos años, cambiarle su contenido nos tomará también algunos años.
Una idea concreta, sería el de evitar la presencia de Santacloses en nuestros adornos (en las puertas, en los jugueteros, en el papel de envoltura), y substituirlos por esferas, ángeles, pastores, y otros adornos propios de este tiempo . Y vivir en familia la preparación espiritual para la navidad.
🌹 NUESTRA SEÑORA DE LOS BRAZOS VACÍOS
Señora del Adviento, señora de los brazos vacíos, señora de la preñez evidente y extenuante. Cuánto deseamos que camines con nosotros. Cuánto necesitamos de ti, mujer del pueblo, que viajas presurosa y alegre a servir a Isabel, a pesar de tu vientre pesado y fatigoso. Entre las dos tejerán esperanzas y sueños.
Señora del Adviento, señora de los brazos vacíos, también nosotros estamos preñados de esperanzas y sueños. Soñamos con que el canto de las aves no vuelva a ser turbado por el ruido de las balas. Soñamos con nuestros niños sin temores, cantando al fruto de tu vientre ya cercano. Soñamos con los niños de Colombia durmiendo tranquilos al arrullo de un villancico. Soñamos que nuestros viejos mueren tranquilos y en paz murmurando una oración. Soñamos con que algún día podremos volver a tener sueños y utopías y esperanzas.
Señora del Adviento, la de los brazos vacíos, visítanos como a tu prima. Monta tu burrito y ven presurosa. Nuestros corazones son pesebres huecos y fríos donde hace falta que nazca tu hijo. Ven, señora, con tus gritos de parto a calentar nuestros corazones, a seguir tejiendo esperanzas con nosotros, como lo hiciste con Isabel. Solo así, en medio de la noche iluminada por tus brazos ahora llenos y por tus pechos que amamantan, podremos volver a soñar... podremos gritar ¡es navidad!.
CARLOS MARIO CANO, Medellín