DÍA 7: JAMÁS TE CANSES DE ORAR
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CITA BÍBLICA _________
Con Él tenemos la confianza de que, si le pedimos algo conforme a su voluntad, nos escuchará.”
1Juan, 5-14 ________
REFLEXIÓN _________
A veces tenemos la tentación de no querer orar más. Sí, a veces, por no encontrar respuesta rápida y favorable a las peticiones que hacemos nos dan ganas de decir “no rezo más”.
Jesús nos muestra que es necesario ser insistentes y persistentes.
Lucas 18,1-8 nos presenta cómo la insistencia de una mujer viuda le permite lograr que un juez malo le haga justicia, con tal de quitársela de encima.
La enseñanza es clara: no podemos desfallecer en la oración. No es fácil tener la capacidad de insistir y de persistir en la época en la que todo se obtiene en un abrir y cerrar de ojos. Pero tenemos que ser capaces de no darnos por vencidos y de luchar hasta el final.
Hay que vencer la tentación de abandonar la oración. Creo que todos sabemos del amor de Dios por nosotros y sabemos que Él siempre quiere lo mejor para cada uno; por eso, si no hemos podido recibir lo que estamos pidiendo, debemos entender que se trata de algo que no nos conviene.
El silencio de Dios también es una buena respuesta. No está obligado a darnos lo que nosotros queremos, mucho menos si eso no nos conviene. Por ello, tenemos que seguir el ejemplo de la viuda del evangelio y seguir insistiendo.
Dios sabrá responder en el momento oportuno. Al fin y al cabo, el tiempo de Dios es perfecto. Dios nos escucha y responde. _________
ORACIÓN _________
Señor mío, gracias porque estás pronunciando una palabra grande de bendición sobre mí todo el tiempo; porque te has mostrado en mi vida aunque a veces no lo vea.
Dame la gracia de permanecer constante en mi oración a ti y darme cuenta que es la forma más segura de comunicarme Contigo.
Ayúdame a confiar ciegamente en ti y que tú sabes lo que me conviene ante mis peticiones.
Amén. ______
RETO _______
Habla con tus hijos ( o con alguien que quieras) y recuérdale lo importante que es insistir a Dios con la oración.
ORACIÓN DIARIA
Señor Jesús, ilumina mi vida con Tu luz y dame la gracia de creer en Ti con una fe alegre y gozosa, jubilosa y entusiasta, sea cual sea la circunstancia de la vida en la que me encuentre.
Una fe grande y profunda, que me ayude a superar los momentos difíciles.
Una fe valiente que me permita vencer todos los temores que invaden mi alma, que destruya para siempre los miedos que me acosan.
Una fe llena de esperanza, siempre joven, aunque los años pasen.
Una fe alegre que sepa reír y cantar, en medio del dolor.
Una fe contagiosa que motive, que entusiasme a otros a creer.
Una fe activa y creativa, que no sea sólo de palabras y promesas, sino una fe de obras.
Una fe perseverante, que no retroceda ante las dificultades, sino que crezca y se desarrolle en medio de ellas.
Una fe comunicativa, que se haga testimonio claro y cierto, de que creer en Ti nos trae dicha y felicidad. Y así Vivir a La Luz de la fe
Amén.
