Alguien expresó varios pensamientos que no requieren comentario: "Cuando otro actúa en cierta forma, es perverso. Cuando tú lo haces, son nervios. Cuando es inflexible en su actitud, es obstinado; cuando tú lo eres, es solamente firmeza. Cuando le disgustan tus amigos, tiene algún prejuicio; cuando a ti te disgustan los suyos, simplemente tienes un buen criterio sobre la naturaleza humana. Cuando trata de ser complaciente, es adulador; cuando tú lo haces, estás demostrando tacto. Cuando tarda en hacer las cosas, es terriblemente lento; cuando tú tardas años, eres cauto. Cuando encuentra defectos, está chiflado; cuando tú lo haces, muestras discernimiento." Indudablemente que todo esto es para pensarlo con detención y con sinceridad consigo mismo.
"Porque con el juicio con que juzgáis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá a vosotros" (Mt, 7, 2). La delicadeza en el trato con los demás es una virtud no tan conocida; sin embargo, es muy beneficiosa para las mutuas relaciones
